Deja de Volverme Loca

Me has vuelto a abrir la brecha que había apaciguado con años de distancia y omisión. Una herida que desgarró mi corazón hasta el punto que yo – atea desde los 11 años – fui a Lourdes para que me quitara el vacío que impedía que fuera capaz de sentir cualquier otra cosa aparte de ese agujero negro de desolación. El reencuentro ha servido para doblar el tiempo y que me sienta igual que el día después de que me dejaras.

A lo mejor si fuera capaz de creer que la tristeza que veo en tus ojos es sólo por el sentido de la culpabilidad podría razonarlo. Pero habiéndote pedido ya que seas consciente de lo que me haces sigues adelante por lo que la culpabilidad no puede ser el fondo de esos ojos apenados. Pensé que quitándote del WhatsApp reduciría las instancias de contacto pero ahora con el teléfono del trabajo tus mensajes me aparecen a todas horas a lo largo de todos los días. Me cuentas sin cesar cualquier cosa pero no me cuentas nada. Me comentas me piensas me contactas me corriges. Porque simpre me decías y me dices lo inteligente que soy pero tú siempre has de tener la razón en todo. Intento dejar la conversación pero es superior a mí. Al rato me vuelves a lanzar avances de lo que haces y pienso que rodeado de gente puede que estés tan aislado como yo en el exilio. Volví atrás para releer y fijar si malinterpreto. Vi que de 100 mensajes recientes 10 empiezan con “ji ji ji” y otros 60 con “ja ja ja” y los restantes me confirman que todo te va estupendamente cuando no me dicen que soy demasiada suspicaz. Pero a la vez me cuentas que vives en la obligación que yo no quise imponerte, pues quería que eligieras libremente. Y ¿será que el señor protesta demasiado y que la risa escrita es un tic de muchos años de guardar en lo más hondo los sentimientos auténticos e indiscutibles? Cosa que yo aprendí hacer de joven rodeada por gente siniestra, pero que nunca pude ejercer contigo.

Y pienso que esto se podría zanjar si me contaras porqué me dejaste de querer, para que me cale de una vez por todas. La última vez que me dijiste me querías estabas llorando de rodillas para que no te dejara un solo día solo. Jilipollas de mi pensé que un sentimiento tal aguantaría unos pocos meses de separación – ya ves lo que perdura en mi – pero al poco tiempo estabas con otra y a lo mejor es simplemente que no sabes estar asolas aunque lo sientas. Y también me cuentas que el sueño que hablamos tumbados juntos lo has vivido con otra aunque poco te duró. Pero el caso es que me sigues contando y me sigues contactando y filtrando por la lógica hay exclusivamente dos posibles explicaciones y me dices que he de creer que de veras no eres cruel por lo que me queda la otra. Pero no te das cuenta de que después de tantos años de solitaria me veo capaz de muchas cosas que antaño no hubiera contemplado y necesito algo en el tiempo presente. Así que dímelo el porque me dejaste de querer, que si fuera solo por el tiempo y ausencia ya bien sabes que eso si lo elegiste tu libremente y eres igualmente capaz ahora de cambiar lo que quieras aunque yo no tenga que ver.

¡Y DALE!

Cumbres Borrascosas (Wuthering Heights)

Los Jóvenes Caníbales (All the Fine Young Cannibals)

Esplendor en la Hierba  (Splendour in the Grass)

Propiedad Condenada (This Property is Condemned)

Washington Square (al menos un título que hubo que traducir al ser un lugar propio)

Estas son las historias que marcaron mi magín sobre el amor y lo que perdura de él. Historias de emociones que no mueren jamás debido a su carácter intrínseco.  Emociones que se funden en al ADN en reacción al perfume combinado con la chispa exhalada por el objeto de pasión. 

Me dice que sí creo haberlo pasado mal que él también sufrió cuando salía con mi sustituta, que ella le devastó.  No me consuela porque quisiera haber sido yo quien le había importado tanto como para hacerle sufrir.  Ojalá poseyera el poder de Heathcliff para suscitar en él un hondo pesar por lo que quemó.  Tal vez si tuviera el magnetismo de Bixby mi Salome se arrepentiría a diario por lo que desechó cuando especulaba con cosas y estatus por encima de la alegría.  Pero no, en esta historia me toca el papel de la infortunada Alva, que tanto quiso cambiar sus circunstancias sólo para que cada uno de su entorno le pusiera trabas al no concordar con sus intereses.

Durante años quise pensar que podría haber sido manipulado o traicionado por malos consejos pero por lo que me dice ahora ¿he de entender que me hizo el desplante por mi propio bien?  Me viene a la mente como me dijo – cuando aún tenía ilusión – que si me creía que éramos Antonio y Melanie.  Allí mismo debí darme cuenta de la inutilidad de sentir algo por alguien que me encasillaba en caricaturas de prensa rosa.  En un susurro pequeño y ronco ahora me pregunta por qué no me volví allá si podría tener una vida fácil.  No sé quién le diría que la vida es fácil en algún lugar lejano – supongo que como el país de nunca jamás.  Es lo que es y las luchas que tuve en mí ciudad serían quizás de otro color pero no mayores dado el cambio de rumbo que quise dar.  Que pensó que me iría de mi propio país al encontrarme sin novio en el lugar donde luché para llegar durante diez años…  ya que mi familia pensaba que volver a España era dar un paso atrás.  No obstante me siguieron a casa en cuanto llegó su jubilación y así sus protestas desvanecieron en el momento que volvieron a andar por las calles de Madrid.  De todos modos, será un cliché pero no por eso incierto, que no se sabe lo que sufre otra persona sin vivir su misma situación.

Por eso mismo sé que no se puede saber nunca lo que uno piensa si no te lo dice y aun así dudo de lo que me dice.  Me pregunta ahora en esa misma voz de niño que pide algo que mucho desea pero casi ni se atreve a pedir, que si de veras quería estar en Madrid porqué me fui.  Supongo que no habrá visto las noticias de los últimos años pues fuimos 550mil o más los que tuvimos que marcharnos para no morir de asco y hambre o dependiendo para toda la vida de nuestros padres.  Se me ocurre que puede haber pensado que me fuí al enterarme de los detalles de su vida; cosa que evité pues era más fácil respirar si no me lo encontraba.  Por eso dejé de ir por los lugares posiblemente compartidos y ahora me entero que él tampoco los frecuentaba, aunque no sé si por un motivo similar.  Al mencionar uno con quién me encontré alguna vez veo en su cara un dolor que no entiendo ya que la lógica me dice que la única forma de encajarlo es creyendo que no me quiere imaginar siquiera tomando una copa con otro.  Él que me dejó a mí y siguió su vida con una lista por lo visto extensa de mujeres que creería en sus momentos eran su solución.

Pero ahora me deja planchada cuando de repente lanza una cadena hecha por eslabones de “fui jilipollas”;  terminado con un colgante de que me esperó hasta los 31 años.  Estremecida porque me dejó el a mí y no al revés, y siempre supo donde vivía y cómo contactarme si me hubiese querido encontrar pero sólo me buscaba cuando estaba con otras.  No me vino estando libre por mucho que proteste que acabaran de compañera de piso.  Ahora también esta con otra aunque por mucho que le preguntara sobre su vida familiar no la haya mencionado ni nombrado ni siquiera aludido a su posible existencia.  En todas las comunicaciones habla como un soltero.  Ninguno de mis amigos ni mis compañeros casados (que son casi todos ellos) son capaces de hablar de su vida en familia sin hacerlo en plural o halagar su media naranja.  Aun los divorciados hablan de la madre de sus hijos pero este sólo reacciona cuando le pido me enseñe su foto de familia.  Entonces quita algo de la cartera para que no lo vea, antes de pasármela con sus cuadritos de fotomatón metidos debajo de una rejilla.  ¿Habrá sacado la foto de boda?  ¿Con qué fin?  

Mejor no especular ya, pues termina volviendo a esconderse en las monomanías justo antes de proponer que sea una amiguita para charlas.  Aunque nunca fui antes su amiga se ve que los años le han descerebrado si cree que podría hacerlo.  Supongo que esto es fruto de la idea de que yo soy “buena persona”.  No es la primera vez que me digan eso de buena persona.  Repatea que me llamen buena persona porque parece ser el antecedente necesario para que se sientan libres de pisotear la esencia de una. 

No sé porqué lo habré hecho otra vez.  Bueno; sí lo sé.  Me decía que quería hablar de lo que no habíamos hablado.  No soy masoquista para nada.  Supongo que la lluvia de mensajitos me convenció que se quería sincerar o de veras tenía algo que me quería comunicar.  Ya veis que la conversación no fue nada clara así que tampoco lo sabré nunca a ciencia cierta.  Habiendo pasado una semana con el teléfono en silencio ya al menos puedo pensar.  Menos mal pues algunas amigas mías se han divorciado por menos y no quiero ser yo la excusa sino he de ser la razón.